
Alergias, Asma y Embarazo
por: Fernando López Malpica, MD
Buenas noticias para las embarazadas, o las futuras madres que padecen de alergias o asma…
Si usted padece de alergias o asma y planifica tener un bebé, existen maneras de disfrutar de un embarazo saludable y hasta de prevenir el desarrollo de alergias en su hijo.
No se conoce la razón por la cual una tercera parte de las embarazadas puede empeorar su condición alérgica. Sin embargo, otra tercera parte no sufre cambios e inclusive, un 30% de ellas mejora. Cuando la condición tiende a empeorar esto suele ocurrir en la parte final del segundo trimestre o al comienzo de tercero. El patrón de evolución tiende a repetirse de acuerdo a embarazos anteriores. Si bien es cierto que el asma y las alergias afectan el embarazo, también hay que considerar el efecto del embarazo sobre las alergias y el asma.
Mantener el asma controlada en todo momento produce rendimiento que redunda en beneficio para el bebé. El asma que no se controla adecuadamente puede llevar a la disminución de oxigeno en la madre y a su feto. Durante esta parte del desarrollo el ser humano es muy sensitivo a la falta de oxigeno y podría producir cambios irreversibles. La hipoxemia, o baja en los niveles de oxigeno en la madre embarazada, tiene que prevenirse a toda costa. Esta baja de oxigeno en el feto puede conducir, entre otras complicaciones, a retraso en el crecimiento intrauterino, nacimiento prematuro, bajo peso al nacer, y un aumento en mortalidad peri natal.
¿Cuándo buscar ayuda?
Conociendo los síntomas de falta de control tempranamente, podremos instituir tratamiento eficaz y prevenir complicaciones.
En general los medicamentos usados y la terapia de vacunas para la alergia son seguros tanto durante el embarazo como en el periodo de lactancia. Algunos estudios indican que los hijos de parejas con historial de alergias que lacten por un periodo de 9-12 meses, sufren menos alergias y asma que los que no lo hacen. Por lo tanto, en este contexto la lactancia se puede considerar, primordialmente, una opción preventiva
Algunos de los síntomas que sugieren empeoramiento, o falta de control de su condición son los siguientes:
- Existe tos persistente o esta se produce por estímulos cotidianos como reírse, caminar o ejercitarse, cambios en temperatura o estímulos irritativos leves.
- Se fatiga continuamente o por actividad física mínima.
- No puede dormir de una forma continua debido a síntomas respiratorios.
- Cuando el medicamento que usaba no proporciona una mejoría rápida.
- La mejoría que produce no se mantiene por tanto tiempo como antes.
- La dificultad respiratoria es progresiva.
- La cantidad de patadas del feto disminuye.
Evite los factores precipitantes…
La mujer embarazada puede reducir la probabilidad de precipitar un ataque siguiendo las siguientes recomendaciones:
- Evite los precipitantes como la exposición al polvo casero, hongos y animales.
- No fumes ni vayas a lugares donde se fuma. Evite la exposición a humo de tabaco. No basta con que usted no fume, la exposición “pasiva”puede ser tan perjudicial para usted como si lo hiciera activamente y se ha relacionado al desarrollo de alergias en el niño. Esto incluye el periodo de la lactancia.
- Evite la exposición a irritantes como vapores, emisiones de combustión de petróleo, detergentes, pinturas y cambios drásticos en temperatura, humedad relativa y presión barométrica.
- Manténgase usando los medicamentos recetados por su médico. Si nota algún cambio, como definido anteriormente, infórmelo inmediatamente.
- Si esta bajo tratamiento con vacunas para la alergia, no lo descontinúe.
- Manténgase haciendo su ejercicio rutinario, si nota merma en la tolerancia, consúltelo con su médico.
- Cuide su dieta. No consuma alimentos que en el pasado usted haya asociado a exacerbaciones de la condición.
¿Doctor, los medicamentos, afectarán el bebé?En forma general, la mayoría de los medicamentos y el uso de inmunoterapia específica con vacunas para la alergia son seguros para la madre, el feto durante el periodo prenatal, y el niño lactante. De hecho, el asma no controlada es un riesgo mayor que los fármacos disponibles.
Los medicamentos en uso se dividen en dos categorías, aquellos que se usan para síntomas agudos y los que previenen, o evitan los síntomas.
Los que previenen:
Inhaladores de esteroides – derivados de cortisona, seguros, bien estudiados y con un perfil se seguridad excelente. Varios en el mercado. Fundamentalmente no se absorben de forma significativa y se recobra muy poco en la leche materna. Disponibles en preparaciones nasales y para uso bronquial, son efectivos tanto en asma como en alergias nasales.
- Cromoglicolatos – antiinflamatorios no relacionados a la cortisona. Extraordinario perfil de seguridad. En uso desde 1968. Disponibles en preparaciones para inhalación nasal y bronquial.
- Teofilinas – uso oral. Aunque seguras su uso ha disminuido durante el embarazo y la lactancia. Se puede encontrar niveles en la sangre del bebé. Pasa la leche materna.
- Antileucotrienes – Uso oral. De reciente introducción. Indicados en asma y rinitis o inflamación nasa l y de los senos paranasales. Se consideran categoría B, no existen estudios en humanos pero todos los estudios y pruebas de laboratorio in vitro (tubos de ensayo) y animales experimentales demuestran que no inducen cambios en dosis muchas veces superiores a las indicadas en humanos. (categoría A son medicamentos estudiados en humanos, existen pocos de estos estudios durante el embarazo, por razones obvias)
- Cortisona – oral, por vena o intramuscular– pasa a la circulación fetal y se puede encontrar en la leche materna. No produce cambios importantes a dosis usuales y en corto tiempo. A considerarse en casos de descompensación moderada o severa. Lo importante es prevenir la baja en oxigeno en la sangre materna. Evita complicaciones. Requiere mucha comunicación entre el médico y los padres cuando se considera su uso para evitar preocupaciones innecesarias.
- Vacunas para la alergia – clase aparte. Es terapia específica, en uso desde 1911, segura y costo efectiva. Prevención a nivel de mecanismo de la enfermedad pues disminuye la reacción inmune contra los alergenos implicados. No se debe de comenzar durante el embarazo pero no se debe de descontinuar si ya la paciente la está recibiendo y está bajo control. De igual forma las pruebas de piel de alergia no se deben de practicar a mujeres embarazadas.
Los que atenúan los síntomas agudos:
Broncodilatadores – uso por inhalación u oral. Seguros, bien estudiados, se usan también para disminuir irritabilidad uterina durante el tercer trimestre. Producen nerviosismo, tremores y efectos cardiacos como pulso alto y palpitaciones. Existen preparaciones por inhalación de acción corta y de larga duración, ambas son seguras.
Antihistamínicos – los “antiguos”, no sedantes, bien estudiados en humanos, efectivos y seguros pero producen sueño en muchas personas. Los nuevos,”no sedantes” no han sido estudiados en mujeres embarazadas, pero aquellas que lo han usado sin percatarse de su estado de embarazo, no han manifestado anormalidades. Estudios en animales de laboratorio no han demostrados cambios, son categoría B (ver arriba).
Descongestionantes – orales, específicamente pseudo efedrina. Seguro, usar pequeñas dosis para evitar efectos cardiovasculares. No confundirlos con los descongestionantes tópicos nasales. Estos causan recongestión de rebote con el uso crónico. Tratar de no usarlos.
La lactancia es segura para hijos de madres alérgicas y asmáticas. Como mencionamos anteriormente, algunos investigadores insisten que puede disminuir la incidencia de alergia en la prole de las parejas con historial de alergias.
Y recuerde que… aunque usted padezca de asma y alergias, puede disfrutar de su embarazo plenamente, tener una preñez libre de complicaciones y continuar ofreciendo a su hijo, a través de la lactancia, nutrición, inmunidad, protección y cariño. Conocer el estado de su cuerpo y mantener una relación de confianza y de plena comunicación con su médico y todos los profesionales que cooperan con tu salud es fundamental. Nada sustituye la confianza en la relación con el paciente. Es un deber social hacia el niño que esta por nacer, crear el ambiente más nutriente para el desarrollo de todas sus potencialidades. Hagamos cada uno nuestra parte.